En su último informe de gobierno, el presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que deja el cargo con la conciencia tranquila y muy contento, ya que está seguro que Claudia Sheinbaum, próxima mandataria, le dará continuidad al proceso de transformación en el país y contribuirá a reducir, aún más, la brecha de desigualdad generada por los gobiernos neoliberales.
Durante su mensaje, de más de dos horas de duración, el Presidente consultó el sentir de la ciudadanía respecto a la elección de jueces, magistrados y ministros por la vía del voto popular, uno de los ejes de la reforma al Poder Judicial, que ayer abrió su proceso legislativo en el Congreso.
Desde el Zócalo capitalino, frente a miles de personas que acudieron a escuchar su mensaje y que gritaron consignas contra la ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el primer mandatario preguntó si querían que el Presidente o los legisladores designaran a los juzgadores federales o si preferían que éstos fueran electos en las urnas, planteamiento que los asistentes a la Plaza de la Constitución respaldaron.
Bueno, esto ayuda a entender cuál es el sentimiento del pueblo… y también para que lo internalicen nuestros vecinos, amigos y vecinos de Estados Unidos”, expresó.
Asimismo, enumeró los logros de su administración, entre los que destacó el combate a la inseguridad y la baja en delitos como homicidios dolosos, pues “ya no existe un narcoestado” como lo hubo en tiempos del gobierno de Felipe Calderón; un sistema de salud “mejor que el de Dinamarca”, y un aumento histórico en el salario mínimo, entre otros rubros.